jueves, 30 de septiembre de 2010

Un coronel confirmó que había ley de fugas

Testimonio de Carlos Esteban en el juicio por el Tercer Cuerpo
 
Un oficial retirado del Ejército admitió ayer ante el tribunal que juzga a Jorge Videla, Luciano Menéndez y otros 29 represores que no existió durante la dictadura ningún ataque a los vehículos que trasladaban presos políticos desde la Unidad Penitenciaria 1. El testimonio del coronel Carlos Daniel Esteban, destinado en 1976 en el Tercer Cuerpo de Ejército, confirmó el carácter falaz de los comunicados sobre enfrentamientos con guerrilleros durante supuestos “intentos de fuga”, con los que se pretendió ocultar los fusilamientos de 26 detenidos por los que se realiza el juicio. Luego de escuchar a su ex subordinado, Menéndez se descompuso y fue trasladado a su chalet del barrio Bajo Palermo, donde purga junto a sus seres queridos cuatro condenas a prisión perpetua.

“Nunca sucedió ningún ataque a un convoy que trasladara detenidos, al menos que yo me haya enterado”, declaró Esteban, quien admitió ser “amigo” de algunos imputados y recordó que “salía a correr” con el coronel Osvaldo Quiroga. Veterano de guerra de Malvinas, destinado en 1976 en el Regimiento de Infantería Aerotransportada de Córdoba, Esteban contó que los presos eran trasladados en vehículos militares, que los mandos superiores estaban al tanto de cada movimiento y que él mismo estuvo en forma “esporádica” a cargo del grupo de guardias de apoyo a la seguridad interior de la cárcel. Admitió que era “habitual” que los militares ingresaran al penal y retiraran presos políticos, dato que desmiente la versión de varios imputados sobre el nulo contacto con los detenidos.

El coronel Esteban dijo haberse enterado “por comentarios” sobre la muerte de un preso en el patio del penal y apuntó que “por ser el jefe del penal” fue sancionado el ex mayor Gustavo Alsina. El dato fue confirmado luego por otro militar, el capitán retirado Abelardo Ramos Manso, y se relaciona con el asesinato por estaqueamiento, en una noche helada de julio de 1976, del médico René Moukarzel, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores.

Menéndez sufrió “una descompostura” durante el cuarto intermedio y fue trasladado a su casa, donde desde el 18 de agosto cumple arresto domiciliario. El presidente del tribunal, Jaime Díaz Gavier, informó luego que la salud del condenado había sido “constatada por un médico forense” y que la audiencia continuaría porque Menéndez era representado por su abogado, Alejandro Cuestas Garzón. Por la tarde fue el turno de Ernesto Pillalef, un ex preso político de la UP1 que identificó a Alsina y a Pedro Mones Ruiz como quienes “comandaban los grupos de tormentos” en la cárcel. “Eran torturas permanentes”, contó. Pillalef fue secuestrado el 10 de febrero de 1975 y trasladado al Departamento de Informaciones (D2) de la policía provincial. Durante su estadía en el D2, pegado a la Catedral cordobesa, supo que los policías “violaban a hombres y mujeres”. Luego fue enviado a la cárcel. Durante su cautiverio se produjeron todos los “traslados” de presos políticos que terminaban en fusilamientos. El testigo recordó cronológicamente los operativos de los que fueron víctimas varios de sus compañeros. También dijo haber escuchado el disparo del cabo Miguel Angel Pérez contra Raúl Bauducco, a quien ejecutó de un tiro en la cabeza en el patio del penal.

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